Aquí os dejo la receta que os dije:
Ingredientes:
- 125 gramos de azúcar
- 125 gramos de harina
- ½ cucharadita de levadura
- 3 huevos grandes
- 100 gramos de mantequilla sin sal
- 125 gramos de chocolate
Preparación:
Los amantes del chocolate van a disfrutar con esta receta, por su sabor y por su sencillez y rapidez de preparación. Sigue leyendo y aprende como hacerlo en pocos pasos y verás cómo es una de tus recetas favoritas de repostería.
Enciende el horno para que vaya calentándose a 180ºC de temperatura, con el calor por arriba y por debajo. Haced esto siempre antes de comenzar, así se puede meter a hornear inmediatamente cuando acabes de preparar la masa del mismo.
En primer momento hay que fundir el chocolate y la mantequilla, como prefieras, usando el microondas o al baño maría o en un cazo a fuego lento. En casa ponemos primero el chocolate a fuego lento y cuando comienza a derretirse añadimos la mantequilla, y removemos hasta que formen una crema homogénea.
Aparte ponte a batir los huevos junto al azúcar, usando mejor unas varillas para que la mezcla sea perfecta. Cuando tengáis una crema amarillenta, vamos a agregar la mantequilla derretida junto al chocolate, que se habrá enfriado un poco.
Coge la harina junto a la levadura, tamízalas en un colador o tamizador, y échalas poco a poco junto a los ingredientes que ya teníamos mezclados. No dejes de remover para que se integren bien la harina y la levadura a la masa anterior, sin que queden grumos y la masa quede lo más homogénea que puedas. Es importante porque nos hará tener un mejor resultado al hornearla.
El horno ya estará a la temperatura deseada, así que vierte la masa en el molde que vayas a emplear, que puede ser de la forma que prefieras. Si es de silicona mejor, porque no hará falta que le untes mantequilla y harina para que no se pegue el bizcocho. Hornea el molde con la masa a 180ºC unos 35-40 minutos, sin abrir el horno hasta el final, para que no se baje la temperatura interior y se venga abajo el bizcocho.
Cuando esté bien horneado por fuera, pincha el interior con un pincho o cuchillo, y si sale limpio, ya puedes sacarlo del horno. Si sale con restos, deja que se haga unos minutos más hasta que salga limpio.
Deja que enfríe fuera del horno unos minutos, luego lo desmoldas con cuidado y dejas enfriar sobre una rejilla. Es importante que no dejes el bizcocho sobre ninguna superficie que no sea una rejilla, porque así no se enfriará como debe y la parte de abajo condensará.
Y ya puedes servirlo para comer en cuanto se enfríe del todo. Puedes echar un poco de azúcar glass para adornar por arriba o añadir cualquier ingrediente que te guste. Esperamos que lo disfrutéis.
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